sábado, 15 de diciembre de 2012

Capítulo 3: La llegada.


"Perdí la noción del tiempo, estaba en el balcón y cuando me quise dar cuenta, Zayn estaba asomado al balcón de su habitación. No me vio, pero yo si, y estaba preocupando, casi llorando. ¿Qué había pasado?"



Me vio y me hizo un gesto, como para que fuese a su habitación. Abrí la puerta de la mía con cuidado, para no despertar a Niall y Liam, y fui a la suya, justo al lado.
-Oye, y ahora a ti, ¿Qué narices te pasa? No está nada bien verte así, venga, desahógate.
-A ver, como te lo explico, pasarme no me ha pasado nada, pero va a suceder, todo Londres está alborotado, y no tengo ni idea de lo que es, pero bueno no es.
-¿Eso es lo que pasa? Me habías asustado. Puede que esté alborotado, pero no tiene por que ser algo que tenga que ver con vosotros. Anda, duérmete, que mañana va a ser un día cansado, y necesitas dormir. Me voy, descansa, hazme ese favor.

Se quedó callado. 

Me fui a mi habitación, aunque para asegurar, me asomé un poco por el balcón. Efectivamente, había vuelto a salir. Me tenía preocupado.

[...]

Al día siguiente tuvimos que salir bastante temprano, nos despertaron a las cinco de la madrugada. Lou y yo fuimos los primeros en estarnos preparados para salir, Niall y Liam aún estaban desayunando. Harry seguía dormido, así que le decidimos gastar una broma. 
-1, 2, 3... -Susurraba Louis, con un cubo de agua helada en la mano.
-¡TSUNAMI! - Grité, y acto seguido le tiró el cubo de agua por toda la cama.
-DIOS, ESTÁ HELADA, CABRONES, DIOS QUE FRÍA -Gritó Harry, Lou y yo estábamos en el suelo, casi sin oxígeno. 
Se tuvo que duchar rápidamente, y se fue a desayuna y a dejar las maletas en el taxi. Ya estábamos yendo al aeropuerto, aún no era de día, pero se veía un tramo de sol resplandeciente en el horizonte, y alguna que otra nube. Llegamos al aeropuerto y fuimos directos al avión, estábamos muertos de sueño. Yo me senté delante de todos, me puse a escuchar música y caí en un profundo sueño. 
Cuando llegamos, se veía todo Londres iluminado por el sol mañanero, serían las ocho de la mañana. Pisamos el aeropuerto, y en cuestión de segundos decenas de periodistas se avalanzaron a ellos, a Zayn sobre todo.
-Zayn, ¿es verdad lo que se va diciendo de Perrie? -Gritaban por un lado.
-Zayn, por favor, ¿qué se siente al ser el fracasado del momento? -Les decían otros.
-¿Eh?...¿Fracasado?...¿Perrie?¿Qué pasa?
Antes de que vinieran centenares de periodistas más, los guardias los apartaron para que pudiéramos llegar al coche.

[...]

Nos dirigimos a una casa, comprada por todos los integrantes de la banda juntos, era como una especie de sitio para reunirse y estar juntos, nos sentamos todos en el sofá un tanto incómodos, menos Zayn, que se fue a intentar conversar con Perrie. No le cogía el teléfono, se conectó a la red social, todo el mundo le estaba dando ánimos, no paraban de insultar a Perrie.

-Narra Zayn-

Llamé a Perrie desesperado, no me lo cogía, no tenía una idea de lo que había ocurrido, por fin, me llegó un mensaje de ella: "Tenemos que hablar, ven en media hora a mi casa, te espero en ella". Fui en cuestión de minutos, no podía esperar media hora. En su casa, me estaba esperando en un sillón, en el salón.
-Zayn, no podemos continuar.
-¿¡Pero por qué?! Todo el mundo habla del fracasado del momento, ¡¿Qué pasa?!
-No se puede, ya está. 
-Pero, ¿¡exactamente por qué?! Es que no lo entiendo, nuestra relación iba y va genial, hasta ahora mismo.
-Zayn, escúchame, ¿Vale? -Se levantó y me cogió la cara suavemente- Lo hago por tu bien, no lo hagas más difícil, pronto, si me lo puedo permitir, tendrás explicaciones. Me tengo que ir, hasta luego.
Me quitó las manos de las mejillas, tardó un tiempo en darse la vuelta y marcharse. Me quedé en el sitio, la vista se me nublaba por momentos, víctima de las lágrimas. Lágrimas de dolor, lágrimas de rabia, lágrimas de tristeza. Tenía los sentimientos tan revueltos, que no sabia qué hacer.

-Narra Perrie - 

Me fui, con bastante dolor. Le dije a Zayn que me iba, pero me escondí hasta que se fué. Entonces le llamé.
-Como puedes ser tan miserable, y cabrón.
-Perrie, esto es así, déjale, si no quieres que haya más de una desgracia, sabes a lo que me refiero. Si no estás conmigo, no estás con nadie. Has hecho lo mejor para ellos -Dijo la persona que estaba a la otra línea, entre risas retorcidas.
-Esto no va a quedar así, no te vas a salir con la tuya, tú lo sabes, tanto como yo, paso de hacer lo que te plazca a ti, para que ellos no salgan mal. No vas a tocar a ninguno, ni siquiera con la mirada, tendrás que pasar por encima de mi cadáver. Ahora mismo estoy bajo tus órdenes, pero pronto cambiará, no pienso seguir así, no tienes derecho, chantajista de mierda. -Le grité con toda la rabia que guardaba mi cuerpo.
-Veo que tienes carácter, me gusta. Por muchas cosas que me digas, ya sabes lo que pasaría si rompes el trato, no me afecta.
-¿Qué trato? Lo único que has hecho tú has sido aparecer en mi vida y arruinarla, no hay NINGÚN trato. ADIÓS.
Le colgué, tiré el teléfono con todas las fuerzas que me quedaban sobre el sofá. Me senté, puse los codos sobre mis rodillas y me apoyé sobre ellos. Me aparté el pelo, y sin querer, me empezaron a salir lágrimas, a montones.

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