sábado, 26 de enero de 2013

Capítulo 7: La bienvenida.

Perrie sería la clave de todo este follón, el problema era dónde encontrarla. Solo podía saberse mediante Zayn, al cual era mejor no dirigirle la palabra. Me encontraba en medio de Londres, con la maleta al lado, y sin saber que hacer.

-Niall-

La casa estaba completamente desierta, cada uno se había ido por su lado. Yo seguía allí recogiendo mis últimas pertenencias, cuando me sonó el móvil, era ella.
-¿Contenta?
-Contenta no, pero si agradecida.
-Felicidades, no me hablo con nadie. Estamos todos enfadados, por tu culpa. No te debería haber hecho caso, aún no me has dado una razón lógica para que hiciera esto.
-Corríais peligro, mucho peligro. ¿Quieres un motivo?
-Sí.
-Puede sonar absurdo, pero no te asustes.
-No lo haré.
-Por decirlo de alguna manera, habría más de un disgusto.
-Eres ridícula.
-¿No me quieres creer? Te dije que podía sonar absurdo.
-Pues si tan absurdo crees que suena, explícate mejor.
-Dame las gracias, lo hago por vosotros. No me pidas más.
Colgó. No sabía por qué narices le hice caso. Me destrozo la vida entera, menos mal que aún no era oficial.

-Hugo-

Recibí un mensaje, de contacto desconocido, en el que ponía lo siguiente:

"Buscas a Perrie, ¿me equivoco? Si quieres hablar con ella, estará en la cafetería en la calle de su casa, a las 7 de la tarde, con un gran abrigo negro y pantalones azules marinos."

Me inquietó ese mensaje, ¿cómo sabían que buscaba a Perrie?
No le dí mas importancia, y fui a casa de mi padre. Ya era un poco tarde, tenía que darme prisa. Llegué a su calle tras un largo recorrido entre las callejuelas y las aceras llenas de peatones. Me quedé parado en frente de su portal. y llamé al timbre. Me contestó una voz aguda.
-¿Sí?
-Hola, eres su hija, ¿me equivocó?
-No. ¿Quién eres?
-¿Me podrías poner con tu padre, por favor?
-Vale.
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-¿Sí?
-Hola papá.
-¿Hugo?
-El mismo.
-¿Qué haces por aquí?
-Ábreme y te explico.
Abrió la puerta y en tan solo subir las escaleras, su perro no tardó en darme la bienvenida. Llegué a su puerta, una gran puerta roja, en la cual me esperaba. Me invitó a pasar, era una casa muy amplia, llena de cañas de bambú y alguna que otra pequeña fuente, era todo muy acogedor.
-¡Hugo! ¡Cuánto tiempo! Mírate, ¡estas hecho todo un hombrecete! ¿Qué te trae por aquí? ¿Quieres algún refresco o algo que tomar?
Mi padre se mantenía bastante bien para tener la edad que tenía, tan solo tenía unas cuantas canas.
-Bien, gracias. Me vine con Harry, Louis, Niall, Liam y Zayn con ellos a Londres, a pasar un tiempo. Ha habido un pequeño accidente, nada más. Querría pedirte un favor.
-¿Necesitas dinero? ¡Yo te lo doy!-No tardó en abrir la cartera.
-No, no es eso, resulta que necesito algún lugar en el que estar, para dormir y residir, sólo durante un tiempo, hasta que vuelva todo a la normalidad.
-¡Faltaría mas! ¡Aquí eres bien recibido siempre! ve al cuarto de invitados, sígueme.
-¡Gracias!
Le seguí hasta una puerta a la derecha del pasillo. La habitación era bastante amplia, tenía una cama muy ancha, al igual que el armario, y unas vistas increíbles.
-¿Es esta mi habitación? ¿Para mí solo? -Dije bastante asombrado.
-Sí, ¿Le pasa algo?
-¡No, que va! Todo lo contrario, ¡es genial!
-Anda, instálate y deja tus cosas, pronto estará la cena - Dijo, riéndose.
Eran las seis de la tarde, fuimos a cenar.
Me apresuré mucho por que tenía que ir a la cafetería a la que iba a estar Perrie en menos de una hora, así que cené lo más rápido que pude.
Quedaban diez minutos para las siete de la tarde. Ya le dije a mi padre que tenía que salir, que no tardaría en volver. Iba corriendo, por que estaba un poco lejos, y no quería llegar tarde.
Cuando llegué, eran las siete en punto. Vi a Perrie, efectivamente, hablando con un tipo totalmente cubierto.


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